La fecha en que empezó a utilizarse el zinc no está clara. Hay quien afirma que lo aislaron los griegos antes de Cristo, mientras que otros afirman que lo produjeron en China primera vez en el siglo XV. No obstante, la producción europea en Europa empezó en siglo XVII, sobre todo en Inglaterra. Los romanos fueron el primer pueblo europeo en producir aleaciones de cobre y zinc, ya que descubrieron que se podía obtener una aleación de color similar al oro (denominada orichalcum) al mezclar cobre y zinc.
El zinc puro se utiliza en la galvanización por inmersión en caliente del hierro, la galvanoplastia o la pulverización de láminas de metal en tejados o féretros. Además, se emplea en baterías eléctricas y es la base de varias aleaciones industriales y algunas sales empleadas en tintes, pinturas, medicinas, etc.